Un avión con 68 pasajeros y 4 tripulantes se estrelló cuando trataba de aterrizar en Pokhara, localidad turística de Nepal. Al menos 67 víctimas, entre ellas una turista argentina.
Luego del precipitarse, la aeronave se prendió fuego. A los pocos minutos, se hicieron presentes en el lugar los servicios de rescate, que tras sofocar las llamas comenzaron con la búsqueda de las víctimas.
“Treinta y uno (cadáveres) han sido trasladados a hospitales”, declaró el oficial de policía AK Chhetri a la agencia de noticias AFP , que además confirmó que otros 36 cuerpos ya habían sido localizados.
En tanto, Krishna Prasad Bhandari, portavoz del ejército, informó que: «La búsqueda y el rescate están en curso. Todavía no se ha encontrado a ningún superviviente”.
En el avión de dos motores ATR 72 operado por la compañía nepalí Yeti Airlines viajaban 72 personas, cuatro tripulantes y 68 pasajeros, incluidos 15 ciudadanos extranjeros, según un comunicado de la Aviación Civil de Nepal. Los extranjeros eran cinco indios, cuatro rusos, dos surcoreanos, un irlandés, un australiano, un francés y una argentina, identificada como Jannet Sandra Palavecino.
El aeropuerto de Pokhara sirve de conexión para los viajeros que se dirigen a la localidad de Jomsom, situado en pleno Himalaya, un destino popular entre los turistas extranjeros que visitan el pico Annapurna (8.091 metros) o la región de Mustang, así como entre peregrinos hindúes.
Nepal es un país que cuenta con frecuentes accidentes aéreos, por lo que ha recibido en reiteradas ocasiones sanciones internacionales por la falta de controles. Además, tiene una de las pistas de aterrizaje más remotas y complicadas del mundo, flanqueadas por picos nevados con aproximaciones que suponen un reto incluso para los pilotos más experimentados.